Saturday, July 31, 2004

En la Zona de Naccos

En la zona de Naccos hay dos pueblos enfrentados. Del lado mejicano de la frontera está el primer Naccos, el original, con ocho mil habitantes. Cruzando el telón de acero está el segundo, la reacción. Se trata de un pequeño pueblito, del lado de Arizona, que con ochocientos habitantes trata de impedir el alúd inmigratorio mexicano que viene de la frontera.




El naccos de Arizona vive principalmente en torno al Control Fronterizo de la Migra. La dotación de personal es de doscientos agentes, que todas las noches patrullan la frontera en busca de futuros espaldas mojadas.
-La frontera más vigilada del mundo. Pasamos por aquí y hay que caminar mas de 70 kilómetros para llegar a la autopista 90. Con un artefacto tan pesado no creo que sea facil.

La noche del desierto con su intenso frío los despabiló. Después de cortar los alambrados con una tenaza, el coyote los invitó a pasar : bienvenidos a los Estados Unidos de Norteamerica dijo en voz baja, a caminar se a dicho. Empieza la caminata. El coyote va adelante con el detector de metales. No hay que hacer ruido, hay que ir muy callado. El resto del grupo compuesto de personas mayores se empieza a rezagar, pero Diego y Carlos siguen con paso firme. Cuando finalmente llega la hora de decidir que hacer, si esperar a los que se van quedando o seguir diego aparta a su amigo y le dice
-Tranquilo buey, mira lo que tengo- le susurra mostrándole el GPS de bolsillo.
-Con esto no nos perdemos. Ademas tenemos el agua adicional, vamos buey, no tendrás miedo ?, tenemos mapas detallados de toda la zona, linternas y lo que sea que haga falta para no perderse. Estos no van a llegar, faltan menos de 3 horas para amanecer y todavía seguimos aquí cerca. Vamos pues, pistéale cabron !

se apartan del grupo, despues de los saludos de rigor. El frio es tal que parece que va a congelar los huesos.

- Tengan cuidado con los detectores de movimiento
- Estamos bien equipados buey, muchas gracias, suerte.

Siendo los dos solos la cosa va más rápido. No hay quien los detenga a estos dos bueyes.
- Ay mamita espero esta vez tener suerte.
Siguen caminando. Amanece. Ahora son mucho más vulnerables, los pueden ver desde una camioneta, un avión o un elicóptero, y también porque no desde una cámara de video instalada en un palo de luz cualquiera, de esos que uno se cruza en el desierto contemporáneo. La rara belleza del desierto de Sonora, se potencia a esa hora, con la luz azulada y las hermosas tonalidades naranjas que conforme pasan los minutos, va adquiriendo el cielo.
Que extraña manera de ingresar para un profesional del derecho, un tipo culto de Latinoamerica. A mi tendrían que darme la “Green Card” no hacerme entrar como un piojoso.
La hermosura del paisaje le hace, te hace acordar a tu Entre Ríos, allá, abajito, en el culo del mundo, aislado de lo que pasa en el resto del mundo, en el norte. Claro que el campo aquí es mucho más seco, solo se ven arbustos achaparrados de vez en cuando y los clásicos cactus. Por ahora vienen bien con el asunto del agua. Vaya tema. Se puede poner complicado si no la saben administrar les dijo como hablando en gelingoso el coyote. ya están lejos de la frontera, a mas de treinta quilómetros, según el GPS. No dan mas. Carlos se cae al suelo y el otro se tira al lado, raspándose. Están tan cansados que no pueden ni hablar. Pero cada uno sabe lo que piensa el otro. Hay buey en que vaina nos metimos ! no podemos fracasar en esta, nos va la vida en ello. El argentino, el tecnólogo, prende de nuevo el aparatito, espera tres minutos a que los localice el satélite y que les dé su posición. Despues sacar el mapa, y mientras lo abre, el viento amenaza con sacárselo de las manos. Con la ayuda de una roca, sujeta un extremo, y despues busca otras 3 rocas para sujetar los otros. El satelite le tira la posición actual y el activa la función de cálculo de distancias. En una hora en recorrido 5 kilómetros. El rendimiento baja. Las botellas de agua están por la mitad. Es hora de asumirlo y buscar un buen lugar donde pasar el día, que aún está fresco, pero que seguramente se convertirá en un infierno. Desde que cruzaron al oeste de Naccos ya han recorrido algo asi como 25 quilómetros, nada mal para 7 horas y considerando que no tienen mucho training. Ahora viene tal vez lo más dificil. Hay que dormir el dia o de lo contrario se arriesgan a gastar energías y agua mas de la cuenta, agua y energia que van a necesitar desesperadamente esa noche, cuando lleguen a la autopista. Se acercan a un cerro, desviándose un poco hacia el este. Como el sol todavia no está muy arriba aquel proyecta una sombra pronunciada sobre el valle. Merodean por unas rocas, buscando un par de buenos huecos para dormir. Los encuentran, pero tienen miedo de los alacranes y las tarántulas. Buscan un rato más, un poco más deprisa porque el sol ya está alto y alguien puede verlos, aunque la desolación circundante es apocalíptica. Finalmente encuentrar bajo una enorme roca cuadrada, de mas de 3 metros de alto por 7 de largo, el lugar. Calculan que durante el medio diá el sol proyectará una sombra que los incluirá a los dos. El área no es muy grande, de todos modos así que colocan las bolsas de dormir con las cabezas juntas, para evitar el contacto con esos insectos de mierda, las arañas y los escorpiones y se acuestan. En un extremo de la cueva ponen las mochilas. Es increible pero a medida que pasan los minutos el sol se pone cada vez mas fuerte y la resolana se pone cada vez mas molesta. No han dormido en toda la noche, es lógico que la luz del sol les moleste tanto.
-No vamos a poder dormir con este sol, mi guey, hay demasiada claridad.
- Ya pensé en eso mamón, no te preocupes- dice buscando en su mochila el abogado. Saca dos antiparras de avión para dormir, de esas que impiden que la luz las traspase. Además saca de un buche de la misma mochila dos pequeñas almohaditas inflables y le tira una al mejicano.
- Has pensado en todo, eres un maestro. Las inflan, cada uno a su gusto, se sacan las zapatillas y las media, los pulóveres y se meten en las bolsas de dormir. El argentino programa su reloj para que lo despierte a las 16 :00 horas, con tiempo suficiente como para aprontarse antes del anochecer.
Bueno, si nos agarran nos agarran piensan casi al unísono los dos. Estan muy cansados para las buenas noches del dia y hoy no abra diálogo, hay demasiado para decir pero es compartido, no es un intercambio de experiencias. El estrés los programa para dormir y evitar distracciones. Se acuestan pero la tierra es demasiado dura y a pesar de el pequeño acolchado de las bolsas los cantos rodados del piso les pinchan las espaldas y les hace soltar pequeños gruñidos de disgustos, mientras su mueven despacio para buscar la mejor posición para dormir. Los cacharros los molestan y el sueño tarda demasiado en venir, pero finalmete llega, cuando la amplitud térmica del desierto, que hasta hace un par de horas casi los mata de frio, ya les hace caer las primeras gotas de sudor. El sueño llega, pero no es un sueño reparador, es como un estado de inconciencia que ninguno de los dos muchachos había conocido nunca. Por suerte no fue necesario gastar las pastillas de Lexotanil que el argentino tenía prepadas en su mochila. El sueño llega a destiempo, pero llega. Se duermen alrededor de las 11 de la mañana, mucho después de lo calculado pero cuando llega es como un sueño comatoso, donde ninguno de los dos puede soñar, solamente están en un estado de inconciencia total.
El reloj suena y el otro lo zamarrea. Está demasiado cansado para entender lo que pasa. Maquinalmente apaga el reloj y sigue durmiendo. El otro no lo interrumpe. Están demasiado cansados los dos y la hora del despertar se revela prontamente como inadecuada. El bochorno es impresionante, a pesar de que están en invierno, y el sol está mucho mas arriba de lo calculado. Siguen durmiendo hasta que se despiertan en forma natural, a las 20 :00 horas, mucho mas tarde de lo calculado. Ya está oscuro y comienza a refrescar, aunque todavia está lindo. Lentamente se van desperazando despues de una noche muy jodida. Se incorporan y juntos miran el atardecer. Es hora del café, pero para ello deberían prender un fuego, algo con que calentarlo. Lo piensan. Es un riesgo. Pero vamos a correrlo porque esa energía, junto con la comida nos va a hacer mucha falta dentro de un rato.

Mientras tomaban café conversaban, disfrutando el momento y soltando pequeños grititos de dolor al cambiar de posición en el fuego.
Y vos porqué querés cruzar ?
_ Quiero ser actor porno.
_ Dejate de hinchar mamón, decime la posta, porque querés ir a gringolandia ?
_ en serio te digo, deseo ser actor porno para poder tirarme a Silvia Saint algún día. No se si la has visto alguna ves o has tenido el privilegio de ver una película suya. Es un angel malvado, es algo increible.

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